A opinión dos docentes...non conta?

31 jul 2015

Como Adán, Ciudadanos y su proyecto educativo añoran el paraíso


Las ambigüedades de partida que se detectan no son justificables por simplismo preelectoral. Más que un deseable consenso, provocarán que se alargue la ignorancia.

Habrá que mirar más detalladamente la propuesta de Ciudadanos acerca de las líneas que, en caso de poder, tratarían de implantar en el sistema educativo español. Aun así, en una mirada necesariamente provisional, bienvenida sea, porque, entre otras cosas, que hayan hablado tan pronto de educación adelanta que, al menos en el cronograma, es un eje relevante de su proyecto político.

Precauciones
Caben, de todas formas, algunas precauciones a lo que ha aparecido en prensa. La primera es que el tiempo de suspensión de juicio por parte de los votantes se acorta. Ya tienen algún precedente de corresponsabilidad en que podemos leer mejor su grado de aprecio por estos asuntos. Al aceptar el nombramiento de la viceconsejera de educación de la Comunidad de Madrid, parece que podamos ver qué direcciones no tienen mucho interés en modificar. La persona que en 2004 -y en el mismo puesto político-administrativo-, había defendido “el derecho a la ignorancia” de los estudiantes más necesitados –y más abandonados-, no sólo mostraba desprecio a lo que “igualdad” pudiera significar a efectos educativos desde el art. 27.1 de la Constitución. Se sumaba a la mayoría absoluta del PP de Esperanza Aguirre -después del tamayazo- , tan ocupada en otros menesteres, que trasladaron el problema completo a los institutos a donde fueron a parar esos adolescentes. Además del aumento exponencial de problemas, y del deterioro consiguiente por no dotarles de medios adecuados, sirvió en bandeja uno de los elementos determinantes del favor mediático –y de un sector amplio de votantes- hacia el desarrollo de su particular versión de “libertad de elección de centro”. Desde esa perspectiva, y secuelas no remediadas de aquella actitud, la reconsideración de este nombramiento seguirá siendo difícilmente soslayable a quienes lleven el peso de los asuntos educativos en Ciudadanos..

Y riesgos
Que esta señora no calculara sus palabras y las calificara como desafortunadas, no parece suficiente reconversión para la ejemplaridad de su competencia en este momento. En asunto tan requerido de sensibilidad, once años transcurridos no son nada cuando la boca ha de estar acorde con el corazón. Téngase en cuenta, además, que nunca dejó de estar incrustada en posiciones administrativas al servicio de la misma causa. Y durante todos estos años, cuando más calladita ha estado más se ha agravado el desajuste de las políticas educativas de la comunidad madrileña respecto al cuestionado art. 27.1 constitucional. Contradictorio resulta, por otra parte, que ninguno de los aspectos que, como nuevos y definitorios de su proyecto dice la prensa que le interesan a Ciudadanos, haya tenido acogida en los gobiernos que, desde 2003, han dirigido las políticas educativas de la Comunidad madrileña. Pronto veremos si la educación pública –es decir, la no concertada ni privada-, sigue, en todos los niveles que dependan de Dña. Carmen González, el camino emprendido desde 2003 –y desde antes- hacia peor o si, por el contrario recobra el tiempo perdido por arrepentimiento sincero. ¿No es un riesgo innecesario que Ciudadanos pudo haber evitado a los madrileños?

¿Por fin el consenso?
Según ABC destaca, Ciudadanos sería el único partido capacitado para “sentar a todos en la mesa y poder llegar a acuerdos”, teniendo en cuenta, además, que “los modelos del PP y el PSOE se han caracterizado por el fracaso escolar y el sectarismo”. El fervor de la precampaña electoral, por mucho calor que haga, debiera mantener cierta altura. Lo destinado a la memoria colectiva requiere menos barullo estereotipado y bastante más rigor. Entre otras cosas, porque –como en lo ocurrido con los dichos desafortunados de la señora mencionada- acaba teniendo consecuencias que pagamos todos, en recursos y atrasos injustificados. En vez de arrogancia adanista, a estos asuntos les sienta mejor la prudencia de saber distinguir entre lo urgente y lo importante. Quien tenga la cintura indispensable para ello es el mejor capacitado para convocar a los demás a un consenso que muchos ciudadanos desean pero no a cualquier precio. Porque la cuestión principal es el y sobr consensuaruque de lo secundario, es el mejor capacitado para convocar a los demnovata, a estas cuestiones les sienqué o sobre qué hay que consensuar, faceta que parece haberse soslayado aquí para que el impacto del proyecto fuera mayor. La crónica de ayer tampoco dice nada respecto a la secuencia de prioridades, lo que no permite entender la relevancia de tan inconcreto esbozo.

Del sectarismo
Será por el mismo afán preelectoral, pero es muy llamativo que Ciudadanos haya metido toda la historia educativa -la que va al menos de 1982 a 2015- en un mismo saco homogéneo de “fracaso escolar” y “sectarismo”. Esa afirmación muestra un alto nivel de desconocimiento, y ningún rubor para lograr el favor de muchos ciudadanos manipulando su ignorancia. A partir de tan categórico supuesto definitorio, será muy difícil que los otros dos partidos todavía mayoritarios puedan aceptar el envite a consensuar. Querer quedarse con el santo y la peana sin arriesgar nada, es una mala estratagema. Y más cuando las prisas en este asunto no son buenas consejeras. La historia de la educación española es bastante más compleja de lo que muestra el esquema binario de buenos y malos de la propuesta. Las carencias que arrastra el sistema educativo español tienen más de 75 años, y ni todo arranca en 1982, ni todo lo conseguido desde esa fecha fue fracaso escolar. Afortunadamente, es radicalmente falso, aunque sirva para un buen titular de prensa. Y más falso todavía es que, por deficientes que hayan sido las políticas de los gobiernos del PP y del PSOE –que han tenido múltiples defectos-, es una simpleza mostrarlas idénticas. Hay una gran distancia teórica y práctica entre ambas, de modo que lo del sectarismo aludido sólo debería entenderse como que Ciudadanos fuese inocente, imparcial y de fiar. De un mal diagnóstico, no cabe esperar buenas soluciones.

A estas alturas, culpar a otros para quedar de árbitro, es fórmula muy poco creíble: estamos hartos de verla y es viejuno volver a encontrarla en políticos supuestamente nuevos. Presten seria atención a lo que dicen, porque salvo ignorancia, no son comparables las políticas educativas de los dos partidos de los que en este momento preelectoral reniegan. Ni las leyes de ambos partidos, ni los presupuestos que hayan dispuesto para ejecutarlas se parecen. Comparen, por ejemplo, la LOE con la LOMCE, no es muy costoso. O pongan en una balanza los dispositivos de una y otra para frenar el gran problema irresoluto del logro de la preceptiva “igualdad” -del que Ciudadanos, por cierto, nada ha dicho. Verán que no hay color. Consiguientemente, el uso ante la ciudadanía del término “sectario” debieran moderarlo , o se les volverá en contra más pronto de lo deseable.

Del MIR docente
Si todo es más serio y complejo de lo que el artificio de una puesta en escena mediática como ésta ha dado de sí, ¿por qué no han llamado la atención con un discurso más serio y consistente? Desde luego, no es serio presentar como gran “revolución” lo del MIR para docentes. Como mínimo, esta historia ya tiene cuatro años si no más, y hay colectivos docentes que vienen hablando de ello desde más atrás para que la entrada en la docencia de maestros y profesores –no se sabe por qué no también la de los docentes universitarios- sea más adecuada a lo que se necesita en los puestos de trabajo. Es evidente que los CAP que se habían impuesto con la LGE en 1970, se habían quedado obsoletos: por dejación, principalmente. Pero lo mismo les pasa ya a los másteres actuales, y son de 2009. Aparte de lo cual, es poco consistente imaginar que con el mentado MIR se arregle el problema de la discutible formación. ¡Menudo bajón de nivel se montaría en sanidad si la de sus médicos se redujera al ritual de paso! Es imprescindible saber qué hay de partida previa –en los tramos y facultades universitarias pertinentes, empezando por las Facultades de Educación- y qué se dispone después a fin de que la tensión del conocimiento y las mejores innovaciones metodológicas lleguen a los procesos de enseñanza-aprendizaje, sean lo más actualizados para la diversidad de alumnado e, indirectamente, enriquezcan también a toda la comunidad educativa. ¿No han previsto hacer nada en la fase pre-MIR ni en su fase posterior?

¿Y los libros de texto?
Del mismo carácter, muy aparente pero poco más, es lo sugerido acerca de los libros de texto. Que sean comprados por los centros es una forma de quitarse de encima el problema de las quejas muy bien documentadas de las asociaciones de padres y madres. Sabemos perfectamente que este copago sistemático de tantos años ha burlado la “gratuidad” de que habla la Constitución y que, además, ha servido de base de negocio original de grandes conglomerados mediáticos que, luego, se han empeñado en ser nuestro cerebro pensante desde antes de la Transición. La propuesta le arregla muy bien el problema al lobby editorial, cargando a los presupuestos del Estado un coste abultado, innecesario muchas veces. Si bien se mira, deja intacto el problema del conocimiento y competencias que deba tener el docente para gestionar bien los procesos de aprendizaje de sus alumnos. ¿Tienen que aprenderlo los docentes en “su” libro de texto particular, con solucionario incluido? ¿Por qué los alumnos tienen que seguir siendo rehenes cautivos de “un libro de texto” que, a veces, tienen dificultad para entender? ¿Es indispensable “un libro de texto” y no lo es una buena biblioteca bien gestionada y provista? ¿Por qué las TIC quedan de lado en este esquema presuntamente reformador que no reforma nada?

¿De verdad habrá un Erasmus para profesores?
Y en cuanto al Erasmus para profesores, más parece una invitación al voto de este extenso colectivo profesional –bien distribuido en la población- a cuenta de una incitación muy sobada por la caciquería antigua y actual –fidelización se llama ahora-, que, una vez más, no se sabe en qué consistiría. ¿La gesticulación de Wert respecto al Erasmus de los chicos era una trola? ¿Con Ciudadanos, ya se ha terminado el austericidio que imponía la crisis y no tienen otras prioridades? ¿De cuántas Erasmus hablaríamos cada año? ¿Cuánto tiempo haría falta para que la preciada beca la pudieran disfrutar todos, los 670.778 docentes de la pública y los 193.972 de la privada? No hay por qué discutir a Ciudadanos que no esté bien un Erasmus para profesores: los botánicos saben de muchas plantas que mejoran con el trasplante; y, según el viejo refrán, viajar mejora la disposición para saber. Pero si se evalúan con mínimo rigor las Erasmus existentes –sin poner en cuestión sus ventajas epidérmicas- no está claro que sea el camino mejor ni el más urgente para mejorar las competencias y el saber profesional de los docentes. Los caramelos siempre han sido un atractivo goloso para los niños, pero no puede decirse que hayan sido la clave de su buena nutrición.

TEMAS: CIUDADANOS, PP, PSOE. FAPA “Giner de los Ríos”, Políticas educativas, Mir docente, Libros de texto, Erasmus para profesores, Consenso educativo, Sectarismo político, Neocaciquismo.


Manuel Menor Currás


28 jul 2015

Menos viajar y más leer la prensa o escuchar el parte: propuesta de verano



Las contradicciones entre lo que se ve y lo que se dice tratan de educar nuestro escepticismo: “todos son iguales” y la corrupción, como otros enredos, no tiene enmienda.

Cuando el sistema escolar estaba vertebrado por el catecismo del P. Astete o del P. Ripalda, la esquizofrenia moral tenían fuentes variopintas. Una muy frecuente tenía que ver con lo que prescribía el octavo mandamiento, en que se mandaba “no levantar falso testimonio ni mentir”. Casi automáticamente, uno de los insultos de mayor éxito –repetitivo de la glosa catequética- era el de hipócrita que lanzábamos a cuanto individuo adivináramos falaz.

Los tres monos sabios

Ha llovido lo suyo desde entonces y ya es señal de modernidad emprendedora tener la cara suficiente para aguantar el chaparrón si te pillan en algo gordo. Si además tienes un buen servicio de comunicación a tus espaldas para lavar la posible mella de imagen que hayas podido sufrir por un percance con la UDEF, la hipocresía puede lanzarte al estrellato mediático. Todo es bueno para el convento, decía el fraile. Y todo parece aprovechable con tal de que hablen de ti. La hipocresía y la mentira ayudan a crear tendencia y hay tendencias que vienen a ser la piel de asuntos constitutivamente hipócritas.

De esta hipocresía actual forman parte los conflictos cada vez más graves entre lo que se mira y se ve, entre lo que se oye y se escucha, y entre lo que se dice y se calla. Tampoco esto es nuevo, claro. Los tres monos sabios de la tradición moral japonesa –esculpida a comienzos del XVI en un santuario budista- predicaban no ver, no oír y no decir: una fórmula prudente de no meterse en problemas y rendirse al sistema por insatisfactorio que fuera. Una tradición más antigua todavía, y que recorre prácticamente toda la literatura paremiológica siempre insistió en esa misma moral morigerada, cauta y convenienzuda del siervo. Tópicos son los refranes gallegos en que nunca se sabe “si lo vio o no lo vio”, ni si se sube o se baja, aunque también los haya expeditivos y clarificadores, como algunos que dejó ilustrados Castelao del tipo de: Probes dos probes, reveladores de mentalidades nada uniformes en cuanto a honestidad.

Ejemplaridad “edificante”

Con el verano y el calor no parece sino que crece el contrapunto de lo hipócrita como valor en alza. Al menos este año, competir en política está dando muchas ocasiones para mostrar cualidades en estas lides. Vean, por ejemplo, lo que ya está pasando en Madrid –prototipo de noticias similares en otras partes- respecto a políticas educativas. El gobierno actual de esta Comunidad ha perdido una votación en que se le instaba a retrasar el desarrollo de la LOMCE en el curso próximo, al tiempo que se le pedía la reducción urgente de tasas universitarias, en Educación Infantil y Formación Profesional, para “elaborar una política que permita un acceso a la educación como elemento de compensación social”. Todas venían siendo cuestiones intangibles, desde bastante más atrás que la tan invocada “crisis”, por cuestiones de moral aseñorada y muy distante de la plebe.

La hipocresía era más grave todavía en relación con los comedores escolares desde que se puso en marcha la excusa de la crisis para humillar un poco más a quienes estaban soportando con más dolor desajustes que no habían causado. En nombre de la falsa moral de posible mala imagen para el turismo visitante, no existían niños hambrientos. Ha sido pasar las elecciones del 24 de mayo y han empezado a llover las almas benéficas en pro de niños pobres y desnutridos, no sólo desde la nueva alcaldía de Madrid, de Manuela Carmena –coherente con lo que ya había hablado en campaña-, sino de parte de quienes sacaban ahora esa bandera para tener mayoría relativa en la Asamblea y lavar imagen.

Imagen online

Esta historia de la hipocresía en la Comunidad de Madrid tiene, además, algunos ejemplos extraordinarios en quienes pasaron por la Consejería de Educación, la Sra. Fígar y quien le sucedió en el cargo, Manuel Pérez. Ambos, imputados en la Operación Púnica –ejemplo extra para entender los entresijos de algunos emprendedores modélicos en entresijos de hipocresía rentable-, porque pagaban con dinero público -con “pagos encubiertos”, claro-, servicios para mejorar la imagen online. Estaban quedando mal ante los ciudadanos con muchas de sus decisiones y pagaban para que no se notara y que, además, cundiera la idea de que eran muchísimos siempre los que estaban contentos de su gestión. En el Archivo documental de los comunicados de prensa del gobierno autonómico anterior, deberá figurar esta cláusula correctora: léase todo con lupa. Probablemente, también en muchos otros del pasado, presente y futuro.

No es lo último. La prensa nos da muchísimos ejemplos de “transparencia” todos los días. Ahí está Rajoy presumiendo el pasado día 22 de que “lideramos la creación de empleo sin ocurrencias”, gozoso de anunciar lo que aparentaba ser un récord de la EPA, con datos “no coyunturales sino estructurales”. Curiosamente, también el presidente de la CEOE estaba muy alborozado porque, a su muy personal parecer, era el signo de una “firme recuperación”. Se olvidaban del 22,37% de parados que ahí siguen, y de las formas estadísticas de contar qué sea paro o no en este momento en España, y todo vale para el cómputo “excelente” –cómo disfrutan con este adjetivo- aunque sólo se trate de una hora trabajada o se sume la inmensa cantidad de falsos autónomos como si realmente estuvieran haciendo algo. Muchos preferirían que hubiera comentado la “Encuesta del INE sobre niveles de vida 2014”. Que hablara de cuántos hogares hay en España en que ningún miembro percibe salario ni prestación social alguna. Que, a continuación, mostrara la incidencia que en tales hogares -y otros- tiene la reducción de becas de todo tipo, incluidas las de comedor y de libros, porque en estos últimos años se disminuyó su importe global -en Madrid un 66%- o casi desapareció, como en el caso de Castilla la Mancha. Si, además, hablara alguna vez de la cantidad de niños que no pueden comer en las condiciones que cualquier nutricionista infantil estima básicas para su buen desarrollo corporal, o con las necesidades básicas de tipo educativo cubiertas, podría liberarsee de la acusación de hipocresía politiquera. Todavía está a tiempo de documentarse acerca de lo que ha hecho su Gobierno si lee algo del Informe de protección social en España 2015, que CCOO publicó el pasado día nueve. No es rentable ante sus potenciales votantes, pero se reconciliaría con muchos otros. La veracidad tiene esa capacidad: la mentira y la triquiñuela son otra cosa.

Y contrapunto

Para colmo, si se contraviene la habitual hipocresía, y se pretende restablecer la regla del bien común, la justicia distributiva y sus consecuencias en el buen uso de lo público, surge de inmediato la afectación de escándalo por parte de presuntos ofendidos que han ofendido a muchos otros con sus gestos torticeros. Vean, si no, a la Sra. Colau renunciando a la prebenda de un palco en el Liceu, que le venía costando al Ayuntamiento de Barcelona 108.000 euros. La bella petición de los dirigentes de la encumbrada entidad musical, no puede expresar mejor la clásica “restricción mental”, siempre más mentirosa cuanto más exquisita. Podría emplearse –dicen- para “un uso social” (el palco, no el dinero). Todavía no se han enterado de que tanto maquillaje genera suspicacias, mientras crece la masa crítica de los hartos de decir que “chove”.


TEMAS: Hipocresía política, Educación social, Comedores escolares, Transparencia, Prestaciones sociales, Empleo, Paro encubierto, Ada Colau, Rajoy, Fígar, Manuel Pérez, Liceu de Barcelona.

Manuel Menor Currás
Madrid, 25/07/2015.

16 jul 2015

Quieren formarnos en el principio de realidad: toda expectativa es limitada



Contundentes en las reglas y más suaves en las formas comunicativas –nuevo logo, nuevas caras-, no moverán un pelo lo legislado hasta ahora. Al menos en Educación así parece.


Desaparecido el Sr. Wert, el calor del verano trae la proliferación de gurús que parecen haber descubierto su hueco en Educación. A comienzos de este mes, era el presidente de Repsol el que se lanzaba a estas procelosas aguas para “dar la vuelta al sistema educativo español”. El pasado día 12, lo hacía el de Telefónica, en este caso para centrarnos la atención en el Big Data y, supuestamente en el negocio creciente de información a través de su empresa, porque lo que es su argumento para solucionar el problema del paro es parecido al del cuento de la lechera en versión digital. No sería de extrañar que, a este paso -y de proseguir la evanescencia del Sr. Méndez de Vigo- , se vayan turnando los distintos presidentes del cogollito del IBEX-35 para contarnos sus particulares versiones acomodaticias  de una ley tan apañadita como la LOMCE. Ya no se descarta que los asuntos educativos de los españoles pasen a ser competencia de un negociado exclusivo de la OCDE –en disputa o reparto con la CEE.

La Bolsa ya está diciendo que ¡tranquilos! El ejemplo rítmico  de los cambios profundos que se pueden ha quedado claro en Grecia. Los ciudadanos tendrán difícil ser ellos quienes cuiden de que sus derechos y necesidades –sus intereses- sean atendidos debidamente de manera distinta a la marcada por el nivel estricto de la cartera individual de cada cual. Los deberes a cumplir son los que la Unión ha impuesto a los griegos, con la metodología consiguiente de recortes, recortes y más recortes. Ni siquiera en Europa está nadie ya seguro de que la esperanza, la democracia y la prosperidad para todos sean compatibles entre sí sin la anuencia estricta de quienes  controlan la economía. Tanto tiempo deseando encontrar la solución de atrasos y tropiezos endémicos en Europa –como deseaba Ortega y Gasseten 1910-,para que pasados ya más de cien años, los españoles llegáramos a constatar que en todas partes cuecen habas, que no atan los perros con longanizas, y que cada palo aguante su vela.

El primer gran aprendizaje a realizar, pues, por un país es el mismo que suele imponérsele a las personas: el del principio de realidad, siempre disminuida por múltiples determinaciones y pejiguerías que no estaban previstas en la ensoñación correspondiente. En este tipo de aprendizajes no se sabe bien si los españoles somos mejores alumnos para nuestros maestros, prefectos y rectores europeos, atentos vigilantes de nuestro bien, sobre todo desde Bruselas y Berlín. O desde Berlín y Bruselas, que parece ya ser este el orden jerárquico más correcto del itinerario a memorizar. Lo cierto es que todo lo hacen por nuestro bien y -por lo que se les oye decir cuando no regañan- es probable que ya estemos perfectamente adiestrados en el adecuado aprendizaje de tal bondad. Este es, en todo caso, el argumento de autoridad con que se presentaba Guindos  a regir una parte de este tinglado en los años próximos.

Por nuestro bien –para que aprendamos mejor y no se nos disipe el mensaje educador que nos venía inculcando el PP, gran intermediario de estos saberes prácticos-, también acaban de cambiar el logo y algunas caras de disciplinados parlantes que, en lo que queda de año veremos una y otra vez en nuestras casas. Dentro del nuevo círculo del emblema, ya se distingue poco la gaviota, para suavizar los mensajes de la cátedra de Génova en su camino hacia el afecto. Puede que hayan querido aliviar la voracidad depredadora que los ornitólogos atribuyeron a la gaviota para poner en solfa  el falso espiritualismo del aleteo místico que le quiso imprimir Juan Salvador Gaviota en 1970. Había sido un auténtico best-seller en aquellos años en que en España se estaba estrenando aquella LGE (Ley General de Educación), en pleno desarrollismo tecnocrático y bajo el impulso de los preocupaciones de la OCDE para la cuenca mediterránea desde 1961 y 1963. Todavía no existía el Informe PISA, pero lo que prescribía la organización internacional acabó pesando mucho en el despacho de Villar Palasí. Ya no éramos un país estrictamente agrícola y las multinacionales marcaban una nueva jerarquía de virtudes educativas, por muy asentados que hubieran estado los valores que habían encontrado acomodo victorioso en 1939.

Aquí tenemos ahora esta nueva fórmula comunicativa de los genoveses, más retro que innovadora, tratando de dulcificar una gestión cargada de excesiva distancia y una correspondiente reacción ciudadana, para intentar recuperar sensaciones de buenas expectativas electorales. Y al compás de la suavidad  que impone la nueva estrategia comunicativa, han de entenderse los fervores de cuantos cargos intervienen en público, por descargarse de cuanto pudiera resultar negativo a cualquier oyente incauto. Se supone que, a base de repetir, las bondades existentes en España –y las diferencias con otros- y contando, además, con la infinita capacidad para reiterar subliminarmenteque son muy buenos gestores y enseñárnoslo con mil datos estadísticos que no conocíamos hasta ahora, se dulcificará el posible mal criterio que tenga la ciudadanía. Llevará lo suyo, pero ahí están con esa renovada labor tan patrióticamente educativa.

Una maestra del mensaje edulcorado es Dña. Fátima Báñez, que acaba de anunciar que los datos de empleo del segundo trimestre son “históricos”: hace unas horas ya ha dicho que lo iba a decir y seguramente lo haya dicho cuando usted esté leyendo esta columna. También fue ella quien invocó a la Virgen del Rocío para arreglarlo, y  la que vino a decir que lo de nuestros jóvenes emigrantes era “movilidad exterior” –algo así como que qué jaraneros eran- ; aquello en 2012 y esto en 2013 (16/04). Y todo sin la más mínima mención al deterioro que haya supuesto su “reforma laboral” de febrero de 2012, y callándose siempre que habla DE SUS predilectos “autónomos”, que son casi en su totalidad gran expresión del rebajamiento del trabajo a los niveles de defensa jurídica más deteriorados que recordamos. La inmensa mayoría son “falsos autónomos”: lo saben muy bien en Hacienda cuando observan a quienes facturanuno y otro mes, el mejor testimonio de que son trabajadores “flexibles” de la misma empresa.  Báñez es toda una experta en dulcificar la realidad de la que ella misma es responsable, a base de darle la vuelta a las palabras hasta que no significan nada. Lo último que se le podrá oír en este sentido tendrá que ver justamente con la baratura de los salarios, asunto que –como seguramente dirá si no lo ha dicho ya-, no tiene que ver con su gestión, ya que son los sindicatos los que firman los convenios…  Probablemente no dirá casi nada tampoco de los más de 30.000 millones sacados de la hucha de la Seguridad Social para tapar agujeros diversos, como si no fuera cosa suya. Pero sí ha empezado a repetir urbi et orbi –para que entendamos bien el objetivo de la suavidad comunicativa del nuevo logo- lo necesaria que es la estabilidad del Gobierno para poder seguir creando empleo. Quien quiera entender que entienda. Lo dijo el 5 de abril y lo ha vuelto a repetir el 8 de junio. Y probablemente lo haya dicho más veces, pues para eso está: a ver si consiguen modificar la tendencia de voto previsible en este momento.

Por mucho que lo quieran dulcificar, los oyentes no debieran olvidar -a modo de ejemplo- que la inversión en el sistema educativo está peor que estaba cuando empezaron y que va a peor.  ¡Ojo, pues, con el principio de realidad que estos maestros nos quieren imponer! El que imponen –no lo olviden- es el que estos días nos han mostrado con Grecia. Pero si quieren atenerse a los datos objetivos de lo que de verdad están haciendo, observen los datos últimos acerca del real comportamiento de este Gobierno con la universidad. Y es que la “recuperación económica” –que tanto nos pregonan- se olvida de que nuestros centros de educación superior han perdido el 5% de su personal en estos tres añosúltimos, lo que equivale a un ERE de 7.776 puestos de trabajo. No merece mucho la pena discutir acerca de la pertinencia o novedad del logo, pero ¡estén atentos a la suavidad de los mensajes del novísimo PP!

TEMAS: Propaganda política, PP, Fátima Báñez, Europa, CCOO, Inversiones en universidad, César Alierta.


Manuel Menor Currás

Madrid, 13/07/2015

7 jul 2015

As queixas dos profesores continúan: os problemas seguen aí.



O malestar docente persiste en múltiples frontes, pese a que os asuntos educativos empecen a ter presenza efectiva en moitas axendas de autonomías e concellos.


En moitos concellos e algunhas autonomías, as cuestións educativas están pasando a primeiro plano a conta dalgúns cambios motivados polas últimas eleccións. A educación infantil e os comedores escolares, pero tamén a pugna entre editores de libros de texto e partidarios dunha menor presenza deste medio de transmisión de coñecemento escolar, acaparan maior atención da prensa. Incluso o presidente de Repsol pareceu interesado “en dar a volta á educación”. Segue e seguirá, con todo, a protesta de colectivos amplos de profesores -e ás veces tamén de familias afectadas- por cuestións case sempre relacionadas co deterioro das condicións en que ten que moverse o ensino público e, nalgún caso concreto -como o do instituto “Cidade de Jaén”, de Madrid- cuestionando que a nova presidencia da autonomía madrileña vaia a ser máis sensible aos problemas dos centros e á súa xestión interna. A “transparencia” publicitada parece que seguirá allea ás súas necesidades reais.

Todo augura que as queixas e as súas razóns vaian seguir estando aí en demasiados casos, como nun mal pesadelo, ben porque os recursos sexan poucos ou porque a disposición dos que deciden siga afastada das realidades máis perentorias. Deberemos, pois, afacernos, polo menos, a saber distinguir, porque miralas despectivamente como molestia xenérica e allea pode ser indicativo de degradación de valores cívicos principais. Desentenderse das que están sobradamente xustificadas, é indiferenza por que podamos ter un sistema educativo digno, accesible para todos e á altura do que o tempo que vivimos necesita. Como tamén o é pasar das protestas de médicos e enfermeiros, outro enlace fundamental coa modernidade social.


Ás veces, para avanzar convén pararse a recordar. Cando menos poderase evitar caer en tópicos perversos. O nutriente orixinario de “queixas” dos profesores e mestres é moi variopinto e non está tan lonxe, desde logo, o de “fame do mestre de escola”, que a miúdo salta a modo de refrán chusco. Foi bastante máis que unha anécdota e moitos antropólogos saben da perduración destas carencias na memoria colectiva. Moitos lograron superala desde “a fuxida do arado”, como Luís Mateo describiu certeramente, a propósito do peculiar ermo educativo dos anos corenta a sesenta, en Vidas de insecto (Galaxia-Gutenberg, 2012). Pero na máis recente intrahistoria da educación española, á hora dalgunhas “queixas”, tamén xogou o seu ó acceder ao traballo docente cando tanto se lles insistía en que se trataba dunha “vocación”, e viron case sempre que deberían facelo case gratuitamente e sen protestar. Pesan moitas máis cousas, ademais, en cada traxectoria particular; incluso algo moi vulgar -implícito no ineludible envellecimiento causado por unha taxa de reposición ralentizada nos últimos anos-, como a síndrome de “indicador de estrada", inamovible no mesmo sitio mentres se ve pasar polas aulas xente cada vez máis nova.

Non se ha de esquecer tampouco o que J.M.Esteve, da Universidade de Málaga, deixou estudado en 1987: El Malestar docente. En vésperas das folgas e protestas dese ano e o seguinte -que lle custaría a J.Mª Maravall a súa continuación en Educación-, falaba dun cambio de panorama social moi potente con grande incidencia no quefacer escolar, que xeraba afecciones moi estresantes. O cadro clínico que alí se pintaba non cesou de saltar, de cando en vez, do tratamento especializado á prensa. En 2001, por exemplo -tempo de máis bonanza económica que o actual- xa había constancia de que o 60% destes profesionais tiñan algunha enfermidade característica, e que un 17% desexaba deixar o máis pronto posible a súa profesión. Non esqueza ninguén tampouco que as mareas verdes destes anos pasados non só tiveron detrás ideais razoables. Memoria hai de que, desde 2009, cando o Estado quixo, considerounos persoal moi a man para todo tipo de recortes, confluíntes sempre en alarmantes cifras de profesores expulsados do sistema, deterioro de salarios, ritmos laborais cambiados, multiplicación de tarefas e tempos de dedicación ao posto de traballo, obrigada implicación en maior cantidade de casos de alumnos con todo tipo de problemas, e a miúdo, falta de apoio das autoridades correspondentes. Todo nun suma e segue inacabable que aínda non tocou fondo cando, aos máis vellos, esta secuencia sóalles a pauta e rémora constante: desde que entraron a traballar, os responsables de cada momento sempre se apañaron para refrear as ansias dos que quixeron dignificar e consolidar o prestixio docente en todos os niveis educativos, a máis diso corrixir a desidia polo traballo responsable e innovador de cada traballador.

É fácil criticar, a vulto, as queixas dos docentes e, ás veces, con moita razón. Dentro do propio sistema educativo, a fragmentación interna por niveis e gradacións xerárquicas, foi sempre unha escusa perfecta para evadir responsabilidades: a culpa de calquera problema levouna sempre o do nivel inferior. Nas familias, tamén rendeu moito, cando o neno ou a nena non cumprían as expectativas escolares dos papás. E os sucesivos ministerios que viñemos tendo atoparon en PISA -sen decatarse ben que mide realmente este Informe da OCDE- un pretexto para poñer de volta e media ao profesorado. As hemerotecas están cheas de cartas, mensaxes e interpretacións, cando non insultos, que gardan estreita relación con algún destes tres frontes. É dicir, que, mírese como se mire, hai problemas, de xeito evidente non pequenos, que teñen algunha urxencia se se quere ir cara a un sistema educativo democrático, “transparente” na súa xestión e no rendemento leal de contas á sociedade que o sostén.


Traballar a “transparencia” supón, con todo, obrigarse, de entrada, a unha perspectiva veraz do panorama, cos menores prexuízos posibles. Unha forma de negar o problema é estimar que a opinión pública respecto da valoración dos docentes sexa estable e nun rango alto como o que o CIS poida detectar nun momento determinado. É un prexiízo non difícil de eliminar, pois o retrato puntual, sempre provisional, corríxeo a propia sociedade de continuo. Valores ben distintos e máis constantes, poden verse, por exemplo, comparando as contías de “bos alumnos” certificados pola proba de selectividade nos últimos 25 anos como aptos para estudos universitarios e cantos, dos tramos altos da liña de corte, optan pola docencia. Unha información que mellora ss se compara coa análise dos que entran nela como última opción laboral. Se, doutra banda, se puidesen contrastarse estes indicadores co diferencial aprezo cidadán cara a outras carreiras profesionais, socialmente “máis brillantes”, a pescuda axudaríanos a entender de modo realista como é a traxectoria do presunto aprezo coxuntural dos cidadáns nun momento determinado cara á profesión docente.

A pertinencia de moitas queixas docentes gana en realismo, ademais, se se estudan os xestos da universidade. Moitas pantasmas bórranse s se se observa, por exemplo, qué fai ou está facendo por captar aos mellores alumnos do Bachillerato cara ás tarefas educadoras. Doutra banda, a universidade é a que expide prácticamente todos os títulos de competencia aos futuros docentes escolares, especialmente desde 2009. Dela depende a calidade que teñan os estudos de maxisterio, a provisionalidad dos ICES ou, agora mesmo -despois do Plan Bolonia-, unha contrastada calidade dos másteres de que é responsable desde as súas Facultades de Educación. Pero en contraste sucede que a entrada na profesión e os requisitos de formación inicial existentes para poder exercela, xa foron motivo das eleccións de 2011, porque necesitan unha potente revisión. Máis valería centrarse en revisar, con seriedade, que pasa nese ámbito, que lugar en botar balóns fóra.


O tesouro documental de sensatas “queixas e quebrantos” dos docentes en xeral, e dos escolares en particular, pode enriquecerse con facilidade. Outra fonte inagotable de realismo mana do fervor da administración educativa cara aos seus profesionais do ensino. Dá moito de si, por exemplo, a secuencia irrefreable de prescripcións burocráticas, de pouco alcance e practicamente nula incidencia, en primar a excelencia nunha carreira profesional coherente. Podería partir dos contrastes esquizoides que adoita mostrar a normativa xurídica especializada, na que os preámbulos xenéricos nunca se privan de apelar a que nada se poderá facer sen o profesorado, mentres as concrecións se volven romas e estériles para canto non sexa inercia rutinaria. Pero os propios docentes son cualificadas testemuñas do que se estimulou neles, a colaboración que se lles pediu para superar os xeitos meramente transmisivas do coñecemento ou como -a efectos burocráticos de calquera calibre- tanto lles valeu un cursillo de macramé como un sofisticado curso para mellorar a súa interacción no aula; uns créditos a conta do último refrito de Pío Moa como un curso sobre como enriquecer o seu traballo cun grupo disruptivo diso. Eles, os profesores escolares, son, ademais, os primeiros en advertir do débil coidado institucional cara aos mellores -que os hai e moi bos- e como unha boa parte do ben construído case sempre foi froito do máis puro voluntarismo dos máis responsables.


Nesta procura dos nutrientes valiosos que subxacen ás “queixas docentes” non debería quedar á marxe una das lendas máis cultivadas -tamén fóra destes colectivos- desde os anos oitenta: a da "fuxida do xiz" -incluída a secuencia de despropósitos que algúns destes fuxitivos devolveron aos seus colegas- e derivalas que, desde antes da crise, provoquen en moitísimos unha ansiedade inusitada pola xubilación anticipada: non esquezan o dato do 17% dos que desexan deixar a profesión canto antes. Hai unha investigación colateral que probablemente viría ben aquí: cantos dos que exerceron ou exercen algunha das profesións docentes deixárona ou a deixarían á menor oportunidade: nada sabemos da paixón educadora que non puideron malgastar cara aos seus alumnos. Como ninguén fixo o cálculo aínda do que perdemos as xeracións de docentes que non tivemos os mestres e profesores que nos corresponderon se non tivese lugar “a depuración do magisterio”, tan sistemática na guerra e postguerra contra o mellor da docencia da época republicana, como estudou Francisco Morente Valero.


Chegados aquí, ninguén debería racharse as vestiduras se descobre, por exemplo nas enquisas do INE, que o que ten valor nesta sociedade é moi distinto do que as retóricas oportunistas adoitan propagar achega de que lles parece un misterio as queixas dos profesores: “queixarse”, e máis nun momento crítico como este, a moitos lles soa a maleducado se provén de profesores e mestres. Os sindicatos profesionais sobradamente saben do ninguneo e mala prensa respecto diso. E como proba, aí está outro tópico dominante en moitos faladoiros: “vives como un profesor”, máis ou menos equivalente a que, se te queixas, é de puro vicio. Atrás quedan, coma se pertencesen á Prehistoria -imprescindibles, con todo, para unha comprensión cabal de que as “queixas” dos que se queixan agora son o futuro doutras bastante recentes-, as movidas dos setenta por cuestións de salarios, penenazgos e interinidades, non convocatorias de oposicións, colapso da demanda educativa, edificios descoidados, etc., non só no ensino xeral, senón tamén na universidade. Moitos papeis de queixas deses anos -o Boletín do Colexio de Doutores e Licenciados da etapa de Eloy Terrón, por exemplo-, parece que estiveran escritos agora mesmo e incitan a saber onde e como se perdeu o fío condutor daquelas “queixas” de entón.


Detrás desta historia tan pouco misteriosa de moitas “queixas” pertinentes dos profesores de agora -e das de quen queren contrarrestalas alegremente- , subxace unha nada sutil loita polo poder no campo educativo. Sucede igual en moitos outros campos laborais, en que as crises sitúan no disparadero a todo tipo de xentes, incluídos os oportunistas. Diane Ravitch dío moi claro: “a globalización neoliberal lévanos a toda velocidade cara ao Antigo Réxime de servidume, servos e escravos”.

TEMAS: Queixas de profesores, Facultades de Educación, Plan Bolonia, Másteres de profesorado, Leis educativas, Diane Ravitch, Morente Valero, J.M. Esteve, Luís Mateo, Eloy Terrón, Instituto “Ciudad de Jaén”.

Manuel Menor
04/07/2015

2 jul 2015

Ourense en común presentará mañá unha moción sobre a supresión de estudos no CIFP Portovello

Ás nove da mañá do día 3 de xullo de 2015, comezará o primeiro pleno no que os grupos municipais poden presentar as súas mocións. Ourense en común, sensibilizado coa problemática que se está a dar no CIFP Portovello e en defensa do ensino público de calidade presentará unha moción contra esta supresión.

O exconselleiro, e, hoxe, alcalde de Ourense, que caracterizou a súa xestión precisamente por estes recortes e por un ataque ao proceso de normalización lingüística que nunca se dera na historia recente de Galicia, terá que pronunciarse sobre o asunto. Na reunión mantida cos representantes do alumnado, comprometeuse a trasladar a consellería as demandas dos afectados. É esta una estratexia que vén exercitando últimamente o partido popular. Cando hai unha protesta ou mobilización, parecen poñerse do lado dos reclamantes e, a modo de caciques, comprométense a facer xestións diante dos seus para resolver o problema. Se a cousa sae ben, póñense as medallas da súa xestión. Se sae mal, "non se puido facer máis -que lle imos facer- pero nós estamos sempre do voso lado". Un exercicio de hipocrisía que veñen practicando nos últimos anos e no que son auténticos mestres. Eles non son responsables de nada...non teñen nada que ver coas decisións que se toman en Santiago e moito menos en Madrid, a LOMCE non ten nada que ver con eles, e o exconselleiro non a defendeu nin aquí nin en Madrid...Manda truco, na Habana. En todo caso, se a cousa se puxese moi mal, sempre se pode culpar a oposición ou os sindicatos, que son uns radicais, e teñen a culpa de todo, e así estamos como estamos, que nos imos parecer a Grecia, e bla, bla, bla...E se aínda así, a xente non traga, pois poñémoslles unha mordaza para que non falen... isto é unha democracia...moi, moi orgánica.

Estaremos atentos ao desenvolvemento do pleno...será unha representación na que cada quen quedara ben retratado. O texto da moción de Ourense en común é o seguinte:

Moción do Grupo Municipal Ourense en Común a presentar no pleno ordinario do mes de xullo (03/07/2015)
 

bannermocion 01 Portovello
Moción presentada ao amparo do previsto no artigo 91.4 do Regulamento de Organización, Funcionamento e Réxime Xurídico das Entidades Locais para instar a organismos supramunicipais para desbloquear a situación de supresión de módulos no CIFP Portovello. (descárgaa en PDF)
EXPOSICIÓN DE MOTIVOS:
Estase a dar unha situación de terrible desamparo para un grupo de alumnas e alumnos do CIFP Portovello, así como un ataque ao ensino público e de calidade no noso concello. Pretende suprimirse neste centro os estudos dos Ciclos Superior de Educación Infantil (CSEI) e Medio de Atención a persoas en situación de Dependencia (CAPSD) na oferta presencial de persoas adultas, quedando como única alternativa para o alumnado interesado nestes estudos a modalidade a distancia, debido á imposibilidade de matricularse na oferta ordinaria.
Temos, por unha banda, unha situación de discriminación en canto ao dereito á formación permanente. Especialmente protexido segundo a Lei Orgánica 5/2002 de 19 de xuño das cualificacións e da formación profesional (art 1.2), a oferta de formación sostida con fondos públicos promoverá a formación ao longo de toda a vida, acomodándose ás distintas expectativas e situacións persoais e profesionais. É unha realidade que, a oferta de persoas adultas é especialmente axeitada para dar resposta á situación de persoas que por motivos laborais ou de conciliación familiar non están en disposición de adaptarse aos
estudos da oferta ordinaria. A alternativa colectiva que se presentada son os estudos a distancia. Estes esixen competencias e recursos informáticos e realízanse con un limitado acompañamento directo do equipo docente. Esta situación é especialmente preocupante para o alumnado do CAPSD, procedente na súa maioría do mundo laboral, que non ten adquiridas competencias dixitais básicas para desenvolverse na plataforma de teleformación, que no momento de iniciar os seus estudos non lles eran necesarios. De consumarse esta situación, estaríase novamente atentando contra os principios da non discriminación.
Por outra banda, estase a dar, unha situación de desequilibro territorial xa que Ourense se converterá na única provincia que non contará cunha oferta completa nas tres modalidades. É especialmente rechamante esta realidade, cando ao longo dos últimos anos, esta formación viña tratando de dar reposta ás necesidades socioeconómica dunha provincia, con altos índices de dispersión, envellecemento e dependencia da súa poboación, na que moitas persoas están atopando unha oportunidade laboral.
Ademais disto, todos o movemento dos últimos tempos fan pensar nunha estratexia privatizadora desta formación, xa que logo, sI haberá prazas no ensino privado. Un centro ourensán ofertará estes estudos de xeito concertado no réxime ordinario e sen concerto, polo momento, no réxime presencial de persoas adultas. Cando menos chama a atención o desmantelamento duns estudos do público no momento en que comezan a ofertarse dende o sector privado na nosa cidade e provincia.
Sorprende a utilización do argumento de baixa matrícula nalgúns módulos dos ciclos afectados. Cos datos na man, unha análise da evolución da matrícula do ciclo de APSD ao longo dos tres últimos cursos, desde a implantación dos mesmos no réxime das persoas adultas, amosan un progresivo asentamento dos estudos, sen observarse unha perda de matrícula e conseguindo aumentar notabelmente o número de alumnado que accede á FCT e ao título. Ademais desde hai algún tempo, vense constatando no departamento do Ciclo, un maior índice de colocación por parte do alumnado deste réxime, con respecto ao do ordinario.
Este ataque ao ensino público no Centro Integrado de FP Portovello, non se limita só á oferta formativa da Familia Profesional de Servizos Socioculturais e á Comunidade. No que se refire á oferta de Administración, hai que manisfestar que o cambio da oferta modular do CS ADFI por ciclo completo á oferta parcial de dito ciclo supón a extinción a curto prazo do réxime modular (no curso 2016/2017).
Por iso, o grupo municipal de Ourense en Común solicita do Pleno da Corporación municipal a adopción dos seguintes
ACORDOS:
  1. Instar á Xunta de Galicia e a Consellería de Educación a reconsiderar a súa decisión de suprimir o réxime presencial para persoas adultas dos Ciclos Superior de Educación Infantil (CSEI) e Medio de Atención a persoas en situación de Dependencia (CAPSD)
  2. Instar á Xunta de Galicia e a Consellería de Educación á non extinción da modalidade parcial da oferta modular do CS ADFI.
  3. Demandar á Xunta de Galicia e a Consellería de Educación solucións colectivas para o alumnado cos estudos iniciados, protexendo o dereito a un ensino público e de calidade, así como os dereitos de non discriminación e de educación permanente