La gran
transformación sigue su curso, con
España en la periferia y muchos asuntos a medias. Los asuntos educativos
reflejarán, una vez más, que lo urgente nos impedirá construir bien lo
importante.
En tan solo siete
días, Trump ya se peleó con todo el mundo. Así titulaba El Financiero, de
México,
el día 26, para destacar que ambientalistas, científicos, periodistas, grupos
indígenas, migrantes, manifestantes y mexicanos habían sido. en apenas seis
días, el objeto polémico de sus decisiones después de su acceso a la
presidencia de EEU. A todo lo cual podría añadirse, en la perspectiva de los
intereses europeos, el entrelazamiento de alianza con la Inglaterra de May,
cuya preocupación actual es la salida de la UE provocada por el Brexit, mientras en el
núcleo del antiguo Mercado Común la alianza central de Francia y Alemania empieza a notar los
repliegues proteccionistas. Un vuelco al que debe sumarse la advertencia de la
nueva embajadora de EEUU en la ONU, con su aviso de que, “anotarán los nombres” de quienes no
respalden las políticas de Washington. Y por si fuera poco, los mensajes
directos e indirectos hacia “América primero” y la superioridad americana, recuerdan, como
mínimo, que seguimos en lo de “América para los americanos” (Monroe, 1823) que
pronto se aplicó en el “Destino Manifiesto” de anexionarse Tejas y otras partes
de Méjico en 1845 y, en 1898, al dominio del resto del Imperio español en Cuba,
Puerto Rico, Santo Domingo y Filipinas. Ese imperio no ha cesado de crecer
hasta el presente y, cuando en el Pacífico están cambiando las tornas, sigue
tratando de posicionarse mejor.
La gran
transformación
Karl Polanyi
escribió en 1944 un estudio de gran interés para entender los cambios operados
desde el siglo XVIII. La gran
transformación fue editado en España por María Fuentetaja en 1989, en su
colección “Genealogía del Poder” de Ediciones la Piqueta. Todavía ayuda a relacionar
con este presente lo acontecido desde la revolución industrial, la
mercantilización absoluta de la sociedad, la redefinición de las clases
sociales, el proteccionismo y el librecambismo, y cómo emergió una nueva
conciencia de la individualidad frente a los intentos del socialismo y el
fascismo por privilegiar la sociedad o la libertad en un mundo cada vez más
complejo. Cabe pensar que ahí seguimos, en la continuidad de esa transformación
siempre inacabada de las formas de producción y los cambios que inevitablemente
conlleva en los sujetos y sus relaciones.
A lo que parece, esta
fase del desarrollo capitalista internacional necesita ahora, al memos en uno
de sus focos eminentes, cierto repliegue proteccionista y Trump dice que va a “decretar comprar a americanos, contratar a
americanos”.
La nueva situación USA viene acompañada
asimismo de un aire supremacista blanco, como puede verse por el nombramiento de Steve Bannon como estratega
jefe, y el cuadro se completa muy bien
con el nombramiento en asuntos de Educación de Betsy DeVos. Esta señora y su American Federation of Children ya han
resuelto en Michigan la cuestión
central -que en España también se debate- de si la enseñanza privada le quita
recursos a la escuela pública, con su fuerte activismo a favor de la libre elección de centro
respaldado de abundantes recursos económicos. De ese cariz es lo que en
septiembre pasado, en plena campaña electoral, había prometido Trump en Ohio
proclamando que establecería un fondo de 20.000 millones de dólares para los 11
millones de niños en edad escolar que viven en la pobreza. Tendrían preferencia
“los Estados que tienen leyes de libre elección de escuelas y chárter” y, de
este modo, “los padres podrán enviar a sus niños a la escuela pública, privada o religiosa que
elijan”.
Pocos resquicios quedan por enmarcar en la nueva dinámica que ahora se irradia
desde USA, pero en en esa misma órbita hemos visto estos días pasados
igualmente algunas repercusiones inquietantes de las primeras decisiones que,
no sólo respecto a transparencia e independencia comunicativa, sino también en cuanto al quehacer científico y a determinadas
ayudas sociales que trataban de disminuir desigualdades. Por no hablar del lío
que ha montado este fin de semana pasado atrapando en los aeropuertos a
multitud de personas de nacionalidades execradas a su santo antojo.
El aire de
fanfarronería y conservadurismo prepotentes ya tiene repercusiones, y esta ha
sido grande en la propia ONU. Se ha advertido igualmente de manera directa en
las situaciones de acoso escolar que muchos niños inmigrantes ya están soportando en EEUU. Por otro
lado, lo que parece va a ser un símbolo de la nueva posición de los del Norte
ya tiene su símbolo expiatorio en el muro que ya se ha decretado ampliar a más del doble en
la frontera con Méjico. Una guerra más que simbólica que se está librando ya
entre ambos países, con importantes averías colaterales en cuestiones
culturales relevantes como la expansión del castellano. Lo que
venía siendo considerado como un valor para la “marca España”, a la luz de la miedosa
reacción equidistante del
Gobierno
no debe pasar de lo que un azucarillo en un vaso de agua. Sólo algunos
intelectuales como Emilio Lledó han destacado la inquietante
patología feroz del Trump votado por millones de estadounidenses. Y es de temer
que igual pasará con otros asuntos de gran relevancia cuantitativa inmediata.
Perspectivas
Entre nosotros, dos posibles
reacciones son perceptibles en este nuevo contexto. Una, la de quienes tendrán
ocasión de desentenderse de lo no hecho ni bien apuntalado durante años de
desenfadada desidia y trapicheo, en que el desinterés por los asuntos públicos
relevantes ha hecho de la mediocridad y la corrupción un mérito social, capaz
de dominar el espacio político y económico. Mientras, los problemas inatendidos
han ido haciendo crecer la desafección ciudadana: los supuestos abandonados de
las administraciones americanas anteriores a Trump están propiciando -también
en Europa y España-, que lo recortado discrecionalmente sea mucho más frágil
ante la lenguaraz ola desafiante de oponentes a que el conocimiento o los
derechos sociales se extiendan a todos por igual. Además de Hungría, Estonia,
Finlandia y Suecia, también en Holanda y Francia está creciendo el coro de tanto
patriota ofendido.
Una segunda variante
-en íntima relación con la anterior y muy representada entre eminentes nombres
políticos de este presente burocrático- es que muchos encontrarán aumentados
ahora en Trump sus pretextos y excusas para su acción o inacción debidas.
Algunos tendrán ahora argumentos adicionales para seguir sin hacer nada que merezca la pena, dada la
ola ambiental que –según dirán- les impide hacer algo de provecho. Siempre son
otros los culpables de su pereza y raquitismo mental, los elementos son los
encausables de sus meteduras de pata, y siempre lo urgente les acaba impidiendo
hacer lo importante que debieran haber hecho. Otros, se sentirán halagados
porque, al fin, ven confirmado que lo que ellos venían proponiendo fieles a
determinadas tradiciones de “naturalidad”, tiene un gran valedor exterior de
prestigio: se dejarán llevar de esa corriente de “modernidad” provinciana, en
que lo último de EEUU es mejor moda que lo que en otro momento pueda haberse
estilado. Más de uno ha encontrado en la autoprofecía un buen negocio, muy
dúctil y apañado para combinar en provecho propio el método del “ya lo decía
yo” y la praxis del “yo estaba allí cuando había que haberlo hecho”. Entre los
opinadores esta secta es muy abundante, animada por la superficialidad
degustativa de las redes sociales.
Dignidad
básica
Tal vez habría que
haberse hecho cargo de que los americanos siempre han ido a lo suyo y de que su
presencia privilegiada en España desde los “Pactos de Madrid” de 1953 (23.09)
ha obedecido más a sus propias razones que a las que pudieran tener los españoles.
Nuestra posición periférica desde antes de 1898 no permite muchas alegrías
sinceras en la expresividad, pero tampoco debiera hundir la dignidad ni dejar
por siempre en el aire que el latente debate entre pragmatismo y “honra” -la
tópica disyuntiva de Méndez Núñez en 1865- no se resuelve con la zalamería del zipayo.
En este momento, por ejemplo, lo indigno sería no recordar el extraordinario
apoyo que Méjico prestó a los exiliados
españoles.
Más grave será, en
todo caso, desdeñar que las muestras de que el caldo de cultivo que han llevado
a Trump a la Casa Blanca tienen vitalidad entre nosotros. Con acusarle de zafio
y patán cuando ha sabido mostrar gran capacidad para gestionar su aparente
desventaja preelectoral, se muestra además bastante ignorancia. Tampoco ocultando
al mismo tiempo que la candidata demócrata poco apego real tenía a entenderse
con los problemas de la gente corriente. La prensa de supuesto prestigio para
marcar qué deban pensar sus lectores puede estar ofendida por lo que ha
acontecido, contrario a sus intereses y predicciones. No lo está, sin embargo,
por lo que ya estaba sucediendo en el corazón de América o lo que acontece en
la política internacional desde, por ejemplo, el final de Yugoslavia ante los
ojos de toda Europa. Tampoco es muy ejemplar en la proporción de lo que muestra
y calla respecto a lo que pasa en Oriente Medio, Siria o Arabia Saudita en
particular.... Ejemplos tenemos cercanos de estos distingos bien pragmáticos.
El
falso escudo de Trump
Las formas de
desinformación, manipulación y persuasión son casi infinitas y nos moriremos
antes de entenderlas todas en un mundo en que se publicita todo. Y si no
queremos entrar en manías conspiranoicas –conducentes a microfascismos crecientes-,
lo que tal vez debiéramos interiorizar es que, para lo que no vale Trump es
para escudo de desmadres, sinvergonzonerías, desidias y “mala educación” como
la que nos gastamos por aquí. Eso, en lenguaje tan antiguo como el la tradición
cristiano-judaica en que nos han criado, es hipócrita doblez. Para dar actualidad
a lo que este adjetivo quería decir todavía sirve de guía lo que agudamente
escribió en 1966 Fernando Díaz-Plaja: El
español y los siete pecados capitales.
De entonces acá, la documentación
acreditativa ha crecido exponencialmente y, de añadido, florece cada vez más
visible. El listado de asuntos en que no podemos alegar ejemplaridad frente a
Trump arroja así una cantidad histórica
de demostraciones. Que no cunda la histeria por ello: otra guía no menos
poderosa la proporcionan los dos libros que nos legó Luis Carandell entre
1968-1972, una verdadera “chamarilería” –decía- sobre las características del Celtiberia
Show. Humorada como era,
no dejaba de ser sonrojante. Hoy se podría hacer una bizarra Wikipedia de lo
celtíbero.
En 1989, Cuerda
volvió a ello en Amanece que
no es poco. La insólita
investigación de aquel estudiante de Oklahoma interesado en las costumbres de
un pueblo de Albacete, donde la escuela era un documental de época, puede
parecer de un tiempo lejano. Pero en lo que a cambios de mentalidad se refiere,
y teniendo en cuenta que muchos cambios son de los que no se ven si se rasca
con el dedo, todavía hay mucho que trabajar para que una dignificación del
sistema educativo ayude a transformar lo que de verdad merece la pena para una
sana convivencia de todos en el durísimo momento actual.
Lo malo reverdece y
puede parecer surrealismo, pero el esperpento sigue ahí condicionando el
sistema democrático. Entre otros muchos, cuatro ejemplos significativos de
estos días lo pueden ayudar a ver: 1) En lo que atañe al ambiente de nuestras
escuelas, más machista y xenófobo de lo que parece, un Informe del Instituto Panos en su programa de “Periodistas
de Frontera”, da cuenta de cómo el 81% del alumnado extranjero está en centros
públicos y el resto se reparte entre un 14% en concertados y un 5% en colegios
privados. También señala cómo los datos de abandono y fracaso escolar de este
alumnado muestran la más obvia segregación existente en nuestro sistema
educativo, aparte de los prejuicios en torno a la presencia de inmigrantes en
los centros escolares. 2) Las cerca de 1700 causas de la corrupción en España,
expresivas de muchos problemas organizativos, institucionales y de mal ejemplo
para la ciudanía acerca de lo que es laudable en la vida social. 3) La chapuza
consensuada, que muestra estos días de modo vergonzante la desconsideración con
lo que la ciencia geográfica viene mostrando de
hace muchos años respecto al tratamiento que debieran tener y no han tenido
nuestro litoral, especialmente el mediterráneo: playas y ramblas han venido a mostrar cómo la
meteorología no se aviene con nuestras ansias de especulación y enriquecimiento
falso. Y 4). La ejemplaridad universitaria tampoco es una maravilla, como se ha
podido ver en la casuística destapada recientemente en Sevilla –Facultad de
Educación- y en la de Sociología de Barcelona, o en las todavía
incipientes noticias acerca de plagiadores amantes de la intertextualidad, de
que hasta es ejemplo un Rector. Aun dando una amplia licencia a la casuística
de las debilidades humanas, son exigibles medidas de control a las que tanta
resistencia se opone en etas supuestas Alma
Mater. Tampoco parece que existan remilgos en muchos medios de
comunicación, donde algunos periodistas con bula para el insulto, el invento creativo de noticias de “investigación”
y la mentira amarillista generalizada en sus informaciones y opiniones son
moneda corriente, a menudo inspirada por los gabinetes de comunicación.
¿Amanece?
Cuerda dijo en los
fotogramas finales de su mencionada película que, pese a todo, “amanece”: el
momento era más optimista. ¡Ojalá acrecentemos la luminosidad de cuanto rige
nuestras vidas colectivas! Cicerón incitaba a su hijo a “la razón y la
prudencia”, cualidades que únicamente en un ambiente educativo en que el
horizonte es la convivencia se pueden cultivar
bien. Le alertaba frente a “quienes las resoluciones peligrosas y
temerarias les parecen más espléndidas e interesantes que las que se toman con
mente reposada y tranquila”. Y le
prevenía de que “los que hayan de gobernar el Estado deben tener siempre muy
presentes estos dos preceptos de Catón: el primero defender los intereses de
los ciudadanos de forma que cuanto hagan lo ordenen ellos, olvidándose del
propio provecho; el segundo, velar sobre todo el cuerpo de la República, no sea
que, atendiendo a la protección de una parte, abandonen a las otras…” (Sobre los deberes, XXIV y XXV).
TEMAS: Trump. Conservadurismo. Proteccionismo.
Manipulación. Políticas informativas. Corrupción. Celtiberia Show. Amanece que
no es poco. Educación cívica. Ejemplaridad política.
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